En el año 1922 Mussolini inició la llamada revolución fascista, caracterizada por los numerosos actos de violencia y agresiones a sus adversarios políticos por parte de los “camisas negras”. Mussolini afirmaba públicamente el derecho del fascismo a gobernar el país, y el 28 de octubre de 1922 llevó a cabo la “Marcha sobre Roma”, una gran manifestación que culminó en la renuncia del primer ministro italiano. El rey Víctor Manuel III no opuso resistencia al avance de Mussolini, quien formó un nuevo gobierno con poderes absolutos, negándole la voz a los partidos opositores. Los camisas negras fueron institucionalizados, formando así la Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional.
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